Especialidades dentales

Consideraciones bucodentales

Mal aliento - Causas y tratamiento de la halitosis

La halitosis o mal aliento es una condición desagradable que genera vergüenza y problemas sociales. Las causas de este problema pueden variar, al igual que sus tratamientos.

La halitosis, mal aliento o mal olor oral son todos sinónimos de una misma condición, un problema bucodental frecuente que afecta a la mayoría de los adultos en algún momento de su vida. En este post hablamos de esta condición bucodental, sus causas y tratamiento.

1) ¿Qué es la halitosis?

La halitosis es un olor desagradable procedente del aliento de una persona, un problema que tiene una gran repercusión social ya que suele provocar vergüenza y afectar a la vida cotidiana. Esta, además, puede ser un indicativo de alguna dolencia mayor ya sea en la boca o en otra parte del cuerpo. Una de las complicaciones añadidas de la halitosis es que quien lo padece puede ser incapaz de percibir su propio aliento o habituarse a ello, dificultando una posible solución. Las causas de este problema pueden variar, al igual que sus tratamientos.

2) ¿Qué provoca el mal aliento?

La halitosis es un síntoma frecuente de múltiples enfermedades, siendo las de origen intraoral las más comunes. En cerca del 90% de todos los casos de halitosis el problema se encuentra en la boca, siendo causa directa de las bacterias localizadas en el dorso de la lengua. Esta posee una mayor cantidad de carga bacteriana que cualquier tejido oral y hace la mayor contribución al número total de bacterias presentes en la saliva. Allí se impacta comida, bacterias, glóbulos blancos y células epiteliales descamadas, en cuya degradación se forman compuestos volátiles de azufre (CVS) que provocan el mencionado mal olor.
La mayoría de estos microorganismos presentes en la halitosis están relacionados con la periodontitis, por lo que la enfermedad de las encías tiene una estrecha relación con el problema tratado en este artículo. Las personas con una boca sana también pueden padecer halitosis, aunque, en contra de lo que mucha gente cree, menos del 2% de los pacientes con mal aliento tienen como origen un problema de estómago.

3) Causas más comunes de la halitosis

Una vez explicado de dónde viene el mal aliento, es momento de conocer cuáles son los elementos concretos que pueden generar este problema bucodental. Es importante distinguir entre la halitosis patológica, es decir, la que ha sido causada por alguna enfermedad, y la fisiológica, cuyo origen no es patológico.

a) Causas de halitosis fisiológica

Como adelantábamos, si el mal aliento no es causado por ninguna enfermedad hablamos de halitosis fisiológica. Dentro de esta categoría encontramos:

Mal aliento matinal

Esta se produce porque durante la noche se reduce el flujo de saliva, y con él su efecto detergente, lo que facilita el crecimiento de las bacterias anaeróbicas. El problema desaparece en cuanto se procede a las medidas de higiene rutinarias.

Edad

Como ocurre con tantas otras cosas, el aliento empeora con los años, un desgaste que comienza después la adolescencia y que llega su máxima expresión durante la ancianidad. Las glándulas salivales son menos eficientes durante la tercera edad, aún habiendo un nivel adecuado de higiene oral.

El tabaco provoca halitosis

Además de manchar los dientes y ser nocivo para la salud en general, el tabaco genera mal aliento, reduce la oxigenación de los tejidos y los irrita, incluso en los fumadores pasivos. Además de todo ello, los fumadores son más propensos a padecer periodontitis o enfermedad de las encías y tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer oral.

La alimentación

Lo que comemos afecta el aire que exhalamos, especialmente si son alimentos como el ajo, la cebolla o las bebidas alcohólicas. Además, si no se cepillan los dientes y se usa hilo dental a diario, los restos de comida pueden permanecer en la boca, acumulando bacterias que favorecen la halitosis.

El hambre también puede causar mal aliento

No solo determinados tipos de comidas pueden causar mal aliento, sino que el ayuno puede tener consecuencias parecidas. De hecho, las personas que están realizando dietas pueden desarrollar un aliento desagradable si comen con poca frecuencia.

Las prótesis dentarias

Las dentaduras, puentes y ortodoncias son especialmente propensas a acumular restos de comida, por lo que requieren un nivel de higiene extra. En la medida de lo posible, la prótesis debe ser extraída y limpiada a conciencia diariamente o por un profesional cualificado cada cierto tiempo.

b) Causas orales de halitosis patológica

Se recomienda visitar a su periodoncista para revisiones periódicas y eventuales tratamientos.

En nuestra clínica disponemos de un departamento especializado en Halitosis con el que podremos solucionar sus problemas de mal aliento.

Enfermedad periodontal, la principal causa de halitosis

El mal aliento persistente o mal sabor en la boca también puede ser uno de los signos de advertencia de la enfermedad de las encías, causada por las bacterias que se acumulan en la placa. Esta es la causa más frecuente de este problema, pero, conviene puntualizar que, un porcentaje de pacientes con enfermedad periodontal no tienen halitosis.

Higiene oral inadecuada

Una pobre higiene oral terminará desarrollando una presencia de placa, caries, acumulación y putrefacción de restos de comida que contribuyen a esta degradación microbial y por tanto al mal aliento. La lengua es el lugar donde se localizan la mayor parte de estas bacterias, siendo el origen más frecuente de la halitosis en personas que no padecen una enfermedad periodontal.

La xerostomía o boca seca y el mal aliento

Una de las posibles causas de la halitosis es la xerostomía o boca seca, provocada cuando el flujo de saliva disminuye. Sin la suficiente saliva, los restos de alimentos no se eliminan, lo que suele generar un mayor volumen de placa en los dientes y en la lengua, y su consiguiente mal olor. La xerostomía puede ser originada por causas fisiológicas como un excesos de conversación, falta de hidratación, respiración continua a través de la boca o consumo de determinado tipo de medicación, o puede ser la consecuencia de una enfermedad sistémica como el Síndrome de Sjögren, la diabetes o algún problema en las glándulas salivales.

Problemas en las glándulas parótidas

Las glándulas parótidas son, entre otras cosas, las encargadas de producir gran parte de la saliva, por lo que cualquier condición que las afecte puede estar estrechamente relacionada con el mal aliento. Aquí incluímos la parotiditis (paperas), la sialolitiasis, la saliodenitis o el tumor parotídeo, entre otras.

La estomatitis y glositis

El mal olor se origina por las fisuras o tejidos desvitalizados y la disminución del flujo salival en aquellos pacientes afectados por esta condición.

Problemas en las amígdalas

En ocasiones las amígdalas pueden albergar restos de de alimentos y patógenos que se pueden calcificar formando los llamados tonsilolitos o cálculos amigdalinos. Estos tonsilolitos producen un olor fétido característico.

Otros problemas bucales causantes de halitosis

El absceso dental o flemón, la periimplantitis (infección de un implante), pericoronaritis (típica infección alrededor de una muela del juicio), ulceraciones orales recurrentes, la gingivitis herpética, las faringitis y la candidiasis oral son otras enfermedades cuya relación con la halitosis ha sido demostrada.

Algunos fármacos pueden provocar mal aliento

Además de las enfermedades mencionadas hasta ahora, también hay una estrecha relación entre el consumo de determinado tipo de medicación y el mal aliento. Hay que tener en cuenta que, entre los efectos secundarios de algunos fármacos, está la xerostomía, la candidiasis, el sangrado de encías, las úlceras orales o la lengua vellosa, condiciones que pueden causar problemas de aliento.

c) Causas extraorales de halitosis patológica

Solo el 10% de las causas de halitosis son extraorales, pero hay que tenerlas en cuenta porque pueden ser el signo de una enfermedad sistémica subyacente. Dentro de este apartado, distinguimos:

Halitosis provocada por motivos nasales y periorales

Si el olor que sale de la nariz es peor que el de la boca puede ser indicativo de infecciones, como sinusitis, o problemas que afectan al aire espirado o a secreciones mucosas, como en los pólipos o también debido a rinitis.

Halitosis proveniente de enfermedades digestivas

Aunque siempre se ha pensado que podría ser uno de los principales desencadenantes de este problema, no es tan frecuente. Entre las enfermedades digestivas que pueden afectar al aliento se encuentre el divertículo de Zenker, la dispepsia, reflujo gastroesofágico, hernia de hiato, esfínter esofágico debilitado, hemorragia digestiva, bezoar, infección por Helicobacter Pylori, cáncer gástrico o patología de la vesícula biliar, entre otras.

Enfermedades respiratorias

Algunas enfermedades que afectan al aparato respiratorio como las bronquitis, neumonías, o la tuberculosis pueden perjudicar el olor del aliento.

Mal aliento causado por enfermedades sistémicas

Terminamos con las causas patológicas extraorales de la halitosis hablando de aquellas enfermedades sistémicas que también influyen negativamente como puede ser la diabetes, la insuficiencia renal, la disfunción hepática severa, algunos tipos de carcinomas y algunas enfermedades autoinmunes como el ya mencionado Síndrome de Sjörgren y la artritis reumatoide.

Halitosis provocada por problemas anatómicos

Anomalías craneofaciales como el paladar hendido o labio leporino pueden ser causa de mal aliento.

Halitosis provocada por deficiencias vitamínicas

La falta de ciertas vitaminas como la A y B1 2, o de minerales como el hierro o el zinc pueden producir xerostomía, con las consecuencias descritas anteriormente.

Percepción errónea de halitosis o pseudohalitosis

Ciertas enfermedades neurológicas pueden alterar la percepción de los olores, percibiendo el paciente mal olor cuando realmente éste no existe. También pueden existir alteraciones psicológicas con las que se puede percibir un mal olor en su aliento que otras personas no son capaces de detectar y que no es diagnosticable. En la mayoría de los casos se debe a una interpretación errónea de las actitudes de otras personas como taparse la nariz, alejarse, apartar la cara etc.

Halitofobia

Es un miedo excesivo a padecer halitosis. En estos casos el paciente cree que persiste el mal aliento a pesar de haber recibido el tratamiento adecuado. Puede requerir tratamiento psicológico.

4) ¿Cómo se diagnostica la halitosis?

En cuanto al proceso diagnóstico, lo primero que se hace es una historia clínica médica completa para descartar enfermedades sistémicas, medicaciones etc. Además se realiza una exploración bucodental completa, que incluye tejidos blandos, detección de posibles caries o sarro, sondaje periodontal para detectar posibles enfermedades de las encías como gingivitis o periodontitis, radiografías etc. Si se detecta cualquier posible causa dental, se procederá a su tratamiento.
Una vez eliminadas las posibles causas dentales, se reevalúa al paciente. Si el mal aliento persiste, se realizará entonces una prueba de aliento con un aparato llamado cromatógrafo de gases, que detecta compuestos volátiles en el aliento y que pueden ser los causantes del mal aliento, como los compuestos sulfurosos. Este aparato nos detecta varios tipos de gases, que pueden proceder de la acumulación de flora bacteriana en dientes, encías y mucosas, característico de casos con mala higiene bucal; de bolsas periodontales asociados a gérmenes responsables de la periodontitis; o de causa extraoral como vías respiratorias altas, sistema digestivo, trastornos hormonales etc. En función del resultado se procederá a investigar los posibles orígenes, que puede incluir interconsulta con otros profesionales médicos como internistas y otorrinolaringólogos.

5) Tratamiento para la halitosis

En la mayoría de los casos la halitosis puede ser tratada manteniendo una correcta higiene dental y lingual. Algunas recomendaciones al respecto:

a) Higiene dental adecuada para combatir el mal aliento

En la mayoría de los casos la halitosis puede ser tratada manteniendo una correcta higiene dental y lingual. Algunas recomendaciones al respecto:

  1. Deberá cepillarse los dientes después de cada comida.
  2. Tras la higiene dental, deberá cepillar, con el cepillo sin pasta de dientes, también los carrillos y la lengua, procurando llegar en esta lo más hacia atrás posible. Esta operación se puede realizar más fácilmente usando en vez del cepillo un limpiador o raspador lingual (de venta en cualquier farmacia).
  3. Una vez al día, también es aconsejable la utilización del hilo dental, para quitar aquellos restos de comida y placa que pueden haberse quedado entre los dientes.
  4. En algunos casos el profesional podrá indicarle que utilice durante un tiempo determinado enjuagues bucales antisépticos como la clorhexidina. La clorhexidina es el producto más eficaz contra la placa, si bien los dentífricos, que contienen fluoruros, zinc o triclosán, parecen también tener un efecto beneficioso en la reducción del mal olor oral durante un período de tiempo limitado.
  5. En caso de comer fuera de casa, deberá realizar la limpieza tal y como se ha indicado en cuanto tenga posibilidad de hacerlo. Si no hay más remedio se puede, excepcionalmente, prescindir de la limpieza del mediodía, pero de ningún modo deben dejar de practicarse la matinal y la nocturna.
  6. También es conveniente someterse a una limpieza bucal profesional cada seis meses aproximadamente, en función de las necesidades de cada paciente.
  7. Si usa prótesis removibles, asegúrese de quitarlas por la noche y limpiarlas a fondo antes de reemplazarlas a la mañana siguiente.

b) ¿Padeces enfermedad periodontal o algún otro problema en la boca? Ponle remedio

La enfermedad periodontal es una de las principales causas del mal aliento, pero otras enfermedades orales como la pericoronaritis, las caries profundas o el absceso dental pueden derivar en ello. Por eso, visitar al odontólogo es fundamental para conocer el estado de salud oral y solucionar cualquier problema. En el caso concreto de la enfermedad periodontal hay que tener en cuenta que, con el tiempo, puede tener consecuencias muy graves en la salud oral, e incluso en el resto del cuerpo, por lo tanto son muchas las razones para prevenirla y evitar que se desarrolle.

c) La dieta, un gran aliado contra el mal aliento seca o xerostomía

Además de la higiene dental, llevar un alimentación adecuada puede ayudarnos a combatir este problema. Para ello se recomienda una dieta eminentemente vegetariana, baja en grasas y carnes, privilegiando el consumo de frutas y verduras. También recomienda limitar aquellos alimentos que producen mal aliento como los ajos, cebolla, lácteos y, por supuesto, evitar el consumo de alcohol y tabaco.

d) No dejes que se te seque la boca

Como ya hemos comentado, la falta de saliva está estrechamente relacionada con el mal aliento. Si padeces este problema, es importante evitar los alimentos muy dulces o salados y las bebidas con cafeína y se recomienda beber mucha agua. Además, se puede favorecer la producción de saliva consumiendo chicles o caramelos sin azúcar. Si estás tomando algún medicamento que produzca xerostomía, conviene tratar de buscar, en la medida de lo posible, una alternativa. Para casos muy extremos se puede llegar a recetar el uso de saliva artificial.

e) ¿Y si la halitosis no viene de la boca?

Ya hemos visto que la halitosis suele estar relacionada con problemas bucodentales, pero no siempre. Si tu mal aliento está causado por alguna enfermedad extraoral, esta debe ser estudiada por el médico de familia o derivada al especialista correspondiente para determinar el tratamiento adecuado a tu caso.

f) Tratamiento especializado contra la halitosis en A Coruña

En nuestra clínica disponemos de un departamento especializado en halitosis con el que podremos solucionar sus problemas de mal aliento. Para el tratamiento de la halitosis es importante hacer un correcto diagnóstico del origen del mal aliento. En base a estos resultados, el especialista elaborará un plan de tratamiento que podrá incluir el uso de diferentes fármacos, y en los casos que sea necesario, un tratamiento odontológico o cirugía complementaria (rinosinusal, amigdalar, gástrica, etc). Se recomienda visitar a su periodoncista para chequeos y eventual tratamiento.

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